lunes, 19 de mayo de 2014

El rafting.


Entre los deportes de aventura uno de los más populares actualmente es el rafting. Esta actividad, que se desarrolla en los ríos de aguas bravas ofrece todas las emociones de una gran aventura.










¿En qué consiste?

El rafting es el descenso de un grupo de personas, a bordo de un bote neumático, sin motor, por un río. La embarcación es arrastrada por la corriente mientras los tripulantes la dirigen mediante los remos.

Dimensiones del raft o bote neumático:

Tiene unas medidas de 5 x 2 metros y una capacidad de entre cuatro a diez personas. Los tripulantes van provistos de un remo corto de una sola pala, con el que, siguiendo las instrucciones del monitor o trainer, dirigirán la embarcación sorteando los obstáculos que el río presenta.

Existen dos tipos de botes para la práctica del rafting que se diferencian en el sistema empleado para dirigirlos corriente abajo. El más conocido en Europa es el raft a pala, en el que la embarcación se dirige desde atrás por el monitor, con un remo más largo que utiliza como timón y la fuerza de los remeros que siguen sus órdenes. El otro tipo es el raft de remo central, que cuenta con dos grandes remos colocados sobre una plataforma y que cuentan con un punto de apoyo en la embarcación. El monitor maneja estos remos, dirigiendo la embarcación.


¿Para quién es apto este deporte?

Es aconsejable saber nadar, pero todo el mundo puede realizar esta actividad dirigida por un monitor.

Orígenes del rafting

La palabra rafting, proviene del termino en inglés raft, que significa balsa. Los pioneros de esta actividad comenzaron su andadura en Estados Unidos, en el río Colorado, con motivaciones que mezclaban el espíritu de aventura con el interés turístico.

Al principio, a mediados de siglo, cuando nació este deporte, no se utilizaban los botes actuales, sino embarcaciones similares a piraguas. Sin embargo las características de los ríos, aislamiento, gran caudal, fuertes desniveles, obligaron a buscar otro tipo de embarcación que permitiese descensos más prolongados y seguros.

Con el fin de que el equipo humano y personal de cada aventurero fuese mayor y conseguir así más autonomía, era preciso que la embarcación cumpliese una serie de requisitos. Para conseguirlo y como es lógico en todo inicio, se probaron distintos materiales, en busca de una embarcación que otorgase mayor estabilidad y una mejor maniobrabilidad.
Las pruebas más afortunadas se realizaron con botes neumáticos del ejército. Fue en 1938 cuando se realiza el primer descenso del río Colorado en un bote neumático.
Las emociones que ofrece el descenso, el paisaje por el que discurre la prueba y la evolución de las técnicas y los materiales, convirtieron a este deporte en lo que es hoy en día, una inmejorable atracción turística que combina el riesgo, la aventura y la belleza de la naturaleza, con la necesidad de trabajar en equipo.

Aunque en nuestro país ya se practicaba el descenso de ríos, algunos de aguas bravas, con fines meramente comerciales, cuando se transportaban los trenes de troncos cortados en los valles del Pirineo, y se gobernaban con largos remos, la introducción del rafting como deporte en España nada tiene que ver con eso. Fue en los años ochenta, de la mano de deportistas franceses que aprendieron las técnicas en Canadá, cuando este deporte se introdujo en Europa.

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